Son pequeñas obras de arte… zapatos, sí, pero qué zapatos…!!! Su creador -Manolo Blahnik- les pone siempre toda la pasión, inspiración y trabajo que le caracterizan como persona.
Él es el único que dibuja los bocetos, los esculpe a mano en madera de arce y los pinta y recorta personalmente. Una vez hecho el prototipo, los envía a Italia —cuna de expertos zapateros— para que superen más de 50 procesos de producción. Y además se los prueba él mismo, costumbre que mantuvo hasta que se rompió los ligamentos y los médicos se lo prohibieron.
Sólo se fabrican 80 pares al día, por lo que las listas de espera son enormes. La fabricación es totalmente artesanal y le imprime a cada uno de ellos un toque de personalidad propia, en pequeños detalles incluidos los nombres con los que bautiza sus creaciones: “Tormento”, “Refugio”, “Misericordia”… le dedicó unos a Lola Flores.
No sigue las tendencias, crea piezas que sobrepasan el concepto de moda para convertirse en obras de arte; su innovación se debe a la mezcla de estilos y referencias artísticas del pasado, sobre todo de pintores como Goya, Vassili Kandinsky, Rafael Moneo, Zurbarán y otros muchos, así como la observación de la naturaleza. Colores preciosos, texturas, tejidos y formas que hacen experimentar la misma sensación que si admiraras un cuadro.
Espero que os guste la muestra que os dejo. Son mis preferidos.
Olé por Manolo Blahnik!!!